Mié, 28 de Mar, 2007 11:53 am (PST)
COMENTARIO DE ADRIANA:
IMPOSIBLE AGREGAR NADA A ESTE EXCELENTE ARTICULO DE VICKY PELAEZ, SALVO COMENTAR QUE ANOCHE PUDE VER UN DOCUMENTAL POR HBO POR SUPUESTO ARMADO POR LA CIA DONDE SE LE CARGA LA CULPA A LOS DOS, EL Y MONTESINOS.
LA CIA QUEDA INCOLUME EN LAS SOMBRAS DEL RELATO COMO UN PONCIO PILATOS ARTERO Y SIN VERGÜENZAS.
¡ES TAN PARECIDO A LO DE MENEM, COMPAÑEROS QUE SEMEJAN CALCOS CON LIBRETOS ESCRITOS POR QUIEN SE LAVA LAS MANOS Y SON SIN EMBARGO AUTORES VERDADEROS MOVIENDO COMO TITERES A ESTOS MUÑECOS PROIMPERIALISTAS! A FUJIMORI LE ALCANZA UN SOLO MERITO: SE DUDA DE QUE HAYA NACIDO EN PERU.
MENEM EN CAMBIO ES FACTURA NUESTRA, LEGITIMA Y SINCERA.
ENGENDROS DEL MAL QUE NIEGAN LA CONDICION HUMANA ¡AMBOS Y MUCHOS OTROS COMO BUSH BLAIR Y AZNAR, LOS CHECOS,ETC! EN TANTO EL MUNDO SE HA PASADO CRITICANDO LOS DERECHOS HUMANOS "CONCULCADOS" POR FIDEL.¿QUE PASA CON ESTE MUNDO QUE ES TAN CIEGO?
Vicky Peláez
En el colmo del cinismo y siguiendo la vieja táctica de su émulo, Augusto Pinochet, el extraditable Alberto Fujimori, que hace unos diez años se jactaba de tener el espíritu indoblegable del samurai, ahora se lava las manos y para salvar su pellejo y evadir los largos años de cárcel que le esperan, acusa al ejército peruano de los crímenes de lesa humanidad que aterrorizaron el país durante los 10 años de su mandato.
Fujimori presentó ante la justicia chilena 732 páginas de descargos, tratando de demostrar que él en calidad de profesor de matemáticas desconocía sobre tácticas militares y de inteligencia. Dijo que “nunca se enteró, participó, ni ordenó los crímenes cometidos durante su gobierno”. Lo risible es que su siniestra alma gemela, su asesor Vladimiro Montesinos, viene usando la misma estratagema ante la justicia peruana, diciendo que como abogado no entendía nada de lo que hacían sus subordinados del Grupo Colina —un sanguinario escuadrón de la muerte creado y mimado por la dupla.
Resulta que el ex dictador que al igual que Pinochet se jactaba del control absoluto sobre el país y la vida de sus ciudadanos, perdió de repente la memoria y se olvidó que fue él quien en julio de 1990 decidió aplicar la Doctrina de la Seguridad Nacional para combatir la insurgencia del Partido Comunista del Perú conocido como Sendero Luminoso (SL) y del Movimiento Revolucionario Tupac Amaru (MRTA) elaborada, según testimonio del jefe operativo del Grupo Colina, mayor Santiago Martín Rivas en Estados Unidos. Recalcó en un video presentado por el periodista Humberto Jara en 2003, que Fujimori, debido a su “personalidad” no sólo dio las órdenes en los casos de matanzas en la Cantuta, los Barrios Altos, El Santa, entre otros, sino “los siguió paso a paso. Se enteraba y autorizaba y ordenaba las eliminaciones extraoficiales”.
Dijo Rivas, un egresado de la Escuela de las Américas, que el develamiento del motín de presos senderistas en la cárcel de Canto Grande con saldo de 35 muertos surgió de Fujimori y Montesinos quienes elaboraron la lista de los cuadros del SL que fueron ejecutados para descabezar a la organización. El plan “Mudanza 1”, como se llamó el operativo, fue seguido paso a paso por Fujimori, quien después del rendimiento de los amotinados, el sábado 9 de mayo de 1992 autorizó su inmediata ejecución; luego, se presentó en el lugar aún con fuerte olor a pólvora y todos lo vieron observar con una sonrisa los cadáveres de Hugo Juárez Cruzatt, del abogado Tito Valle Travesaño, de las dirigentes de Socorro Popular del Perú, Yovanka Pardavé Trujillo y Elvia Zanabria Pacheco, y la directora de “El Diario” Janet Talavera Sánchez, entre otros.
Esto se repitió en Abril de 1997 durante la operación de rescate de 71 rehenes tomados por 14 integrantes del MRTA liderados por Néstor Serpa Cartollini en la Residencia del Embajador del Japón en Lima. Al terminar la operación y el fusilamiento de los 14 insurgentes rendidos, por sus órdenes, el planeta entero pudo ver por televisión a un Alberto Fujimori vistiendo chaleco antibalas paseando entre escombros y examinando con una sonrisa los cadáveres.
Su vida ha sido siempre siniestra. Aunque borró toda huella del lugar y fecha de su nacimiento, luego que un programa de TV mostrara signos de manipulación en los registros, ya nadie cree que Kanji Inamoto Fujimori sea peruano y haya nacido el Día de la Independencia del Perú. En la Universidad Agraria La Molina, donde enseñaba matemáticas, gracias a la amistad de dirigentes de la Federación de Estudiantes del Perú logró ser nombrado decano de la Facultad de Ciencias Naturales sin tener doctorado. Más tarde, a base de intrigas logró ser elegido presidente de la Asamblea Nacional de Rectores. En 1992 hizo torturar hasta a su esposa, Susana Higuchi en el sótano del servicio de Inteligencia. Vendió toda la estructura productiva del país y se convirtió en archimillonario.
Cuando cayó Montesinos y salieron a luz videos comprometedores se fugó al Japón, pero su ambición irrefrenable de poder lo llevó a Chile, pensando retornar al Perú para ser reelegido. Esta vez se equivocó y el destino le pasa la cuenta: ya no sirven los argumentos de Pinochet cuyos crímenes pesan en la conciencia de la justicia chilena, así como pesará el fallo de la justicia y la Corte Intera mericana de Derechos Humanos que ya lo halló culpable. Fujimori debe estar temblando, ya no le ve sonreír.
vicky.pelaez@eldiariony.com
